PARTITURAS PLÁSTICAS ÁUREAS
Mi proyecto presenta unas Partituras Plásticas por medio de la Proporción áurea: una unión indivisible entre el lenguaje musical y el lenguaje visual, una subjetiva sinestesia que se inicia con la interpretación gráfico-plástica de una partitura de música. Y para unir ambos lenguajes, esta propuesta toma como hilo conductor el misterioso término del número de oro.
La proporción, sección o número áureo, es un concepto ya tratado desde la antigüedad, que en un principio lo refiere a una idea matemática, a un número irracional (1,618…) pero que a lo largo del tiempo irá evolucionando y descubriendo que su presencia es más amplia de lo que en un comienzo parecía: en formas geométricas como rectángulos, triángulos, pentágonos o espirales, en la serie de Fibonacci o en relaciones de proporcionalidad; este número de oro, también llamado número phi está íntimamente unido a nosotros mismos, a nuestro propio cuerpo, a la naturaleza en que habitamos y al universo en el que coexistimos, tanto física como metafóricamente. Y además su aplicación también se manifiesta en la música: es asombroso observar cómo compositores como Bach o Mozart seguramente de forma intuitiva y Debussy o Béla Bartók ya de manera razonada compusieron algunas de sus obras a partir de la proporción áurea.
Sólidos platónicos. Dibujo a grafito en papel sobre madera. 34 x 56 cm
Este proyecto se compone de dos vías: la conceptual y la técnica:
De forma conceptual me he basado en la “visualización de la música”: una danza de sonidos perfectamente dispuestos y ordenados que acompañan simultáneamente a la imagen, de las formas orgánicas o geométricas, de las huellas, signos, luces o sombras, de todo tipo de tonalidades que, bajo un lenguaje y organización personal en forma de partituras plásticas, discurrirán en el tiempo de la mano de la música. En música, la proporción áurea se puede representar de varias formas, siendo recurrente que esta sección se coloque en el clímax de la obra o en alguna sección de relevancia o basándonos en la serie de Fibonacci (unido por supuesto al número áureo) la repetición de ciertos patrones, ostinatos, acordes… en base a esta serie.
En cuanto al ámbito técnico, elijo, como materiales plásticos, el papel y preparaciones magras, ya que es el mismo soporte que utiliza una partitura y la acuarela como el medio más adecuado para “escribir” el color; se leerá de la misma manera que una partitura, en orientación vertical, de izquierda a derecha. También recurro en algunos casos a la transferencia fotográfica, su manipulación y acompañamiento pictórico con acuarela, témpera y técnicas mixtas que hacen alusión al término áureo (como el dorado al mixtión). Una vez elegido el estilo formal total de la obra se procede a analizar la partitura, encajando en cada “fotograma plástico” el número de compases que le corresponden, todo con el hilo conductor de la sección áurea.
Cada proyecto se compondrá de dos partes: las partituras plásticas finales (constituidas por obras de gran formato en proporción áurea) acompañadas por sus variaciones (constituidas por obras de formatos mas pequeños en sección áurea y claro está, perfectamente proporcionales), que son juegos de interpretaciones de esa primera obra.
Los compositores escogidos, después de estudiar e investigar que obras poseen sección áurea son los siguientes:
Movimiento Allegro de la sonata K 279. W. A. Mozart.
Fuga nº 11 BWV 856 del Clave bien temperado I. J. S. Bach
Estampas: Jardines bajo la lluvia. C. Debussy.
Sonata HOB XVI: 34 Mi menor. I. presto. J. Haydn.
La Mar: diálogo entre el viento y el mar. C. Debussy.
Allegro Bárbaro. Bela Bártok.
Preludio op.23 nº5. Rachmaninov